La Fortaleza del Real Felipe
En el seno del puerto del Callao se encuentra la Fortaleza del Real Felipe, una impresionante edificación militar que tiene el honor de jamás haber sido tomada por sus enemigos. El principal atractivo de ‘la Perla del Pacífico’, los muros de este espléndido complejo narran los últimos tres siglos de historia del Perú.
La inquebrantable fortaleza
Un bastión inexpugnable, un símbolo de la historia militar del Perú, el escudo del Pacífico… La mística bélica de la Fortaleza del Real Felipe es capaz de atraer a los más apáticos. Emplazado en el cabo de la Punta, una visita al Callao no será jamás completa sin pasar por ella.
Se trata de un imponente complejo militar de un área mayor a 7 hectáreas. La fortaleza tiene una forma pentagonal, cuyos vértices llevan edificado un baluarte que los corona. Aquí, encontramos los torreones de ‘San Felipe’, ‘San Carlos’, ‘San José’ ‘La Reina’ y ‘El Rey’. Estos últimos, se ubican de cara al mar y se resaltan por su imponencia; su acceso se daba mediante un puente levadizo.
El torreón de ‘El Rey’ cuenta con 3 distintos niveles, estando los dos superiores destinados a albergar plataformas con cañones; fueron modificadas así durante la Guerra del Pacífico. Si pretenden entrar, es mejor que no lo hagan solos. Su interior está diseñado en forma de laberinto, con el fin de despistar al enemigo en caso de incursión.
En el otro lado del muro que da al océano, el torreón de ‘La Reina’ se erige con la misma majestuosidad. En la plataforma superior, se pueden observar sus cañones giratorios, también dispuestos así en la contienda con el Estado chileno.
Su interior, en cambio, tenía usos distintos. Por un lado, servía como depósito de municiones, provisiones e incluso como pozo de agua, pues los asedios a veces se alargaban por meses; además, la construcción incluye un calabozo con forma semicircular, el cual obligaba a las personas detenidas a permanecer de pie en todo momento. Parece que si era difícil entrar, peor aún era estar dentro.
En el muro contrario al que une las dos torres principales, se sitúa la Casa del Gobernador. Como su nombre indica, se trataba del espacio donde se alojaba el jefe militar de la plaza. A su lado, el baluarte de ‘San Carlos’, custodiándolo. En la parte frontal se puede vislumbrar un escudo: el de José de San Martín, héroe de la independencia.
Como dato curioso, en sus inicios se lucían los escudos de los distintos reyes de la Corona Española. La victoria republicana en la independencia terminó por desahuciarlos. Una vez dentro, la persona visitante podrá navegar por la historia militar de la región, con objetos bélicos pertenecientes a soldados desde la época incaica hasta la actualidad.
Del virreinato a la república: testigo de lujo de la Historia
Por su condición de bastión inexpugnable, la Fortaleza del Real Felipe conserva detalles de todas las épocas excelentemente conservados. Los orígenes como construcción militar se remontan al siglo XVIII, llegando a consolidarse como la edificación más grande para estos usos en todas las colonias americanas.
La fortaleza tuvo sus antecedentes. El expolio de oro y plata de las colonias españolas era bien conocido en la época. De este modo, piratas y corsarios (muchos contratados por la Corona británica) atacaban continuamente los barcos en busca del preciado botín. El puerto de la Bahía de Callao, por su situación estratégica, era un blanco común para estos ataques.
De este modo, entre los años 1640 y 1647, se levantaron las primeras fortificaciones para paliar los efectos de la piratería. Si bien cumplían su función, no contaban con la extraordinaria solidez del complejo actual. Y para colmo, las placas tectónicas tampoco lo iban a poner fácil. En el año 1746, un gran terremoto y su subsiguiente maremoto arrasaron el puerto de la capital y las construcciones se vinieron abajo. De las catástrofes se aprende y como tocaba entonces reconstruir, decidieron ir más allá.
Aprovechando algunos bloques de las antiguas murallas y trayendo otros enormes de la vecina isla de San Lorenzo, comenzaron la nueva construcción. En el año 1782, se culminó la primera construcción. Estaba diseñado en forma de dos fuertes independientes: el de ‘San Miguel’ y el de ‘San Rafael’.
Este nuevo dispositivo defensivo fue conocido como ‘Los Castillos de Callao’. Posteriormente, se introdujeron modificaciones hasta que el complejo se asemejó al actual. El nombre con que lo bautizaron fue en honor al rey Felipe V.
A pesar de estar proyectado inicialmente para mitigar los efectos de la piratería, fueron los propios criollos los primeros en ponerla a prueba. El estallido de la Guerra de Independencia llevó a que 3.000 hombres se resguardaran para proteger los intereses de la realeza española. El intrépido almirante Lord Thomas Cochrane intentó infructuosamente tomarla. La imposibilidad le llevó a resignarse a desembarcar al sur, en la ciudad de Pisco.
En el año 1821 Perú declaró su independencia. Los flamantes vencedores pusieron todo su empeño en conquistar esta fortaleza. Comenzaba el sitio del general José de la Mar que se extiende por meses. Finalmente, la escasez de suministros -alimentos y municiones- mella en los defensores, quienes entregan el complejo a las fuerzas independentistas.
Pese al simbolismo monárquico que guarda, el naciente gobierno no quiere prescindir de tan valioso insumo. A cambio, le otorgan un nombre mucho más acorde a los nuevos tiempos: el ‘Castillo de la Independencia’.
La fortaleza permanece inmutable al tiempo. En 1952 el gobierno peruano lo declara monumento histórico nacional. Además, lo convirtió en la sede del Museo del Ejército Peruano. Sin lugar a duda, un inmejorable emplazamiento para tal propósito.
Para visitar la Fortaleza Real del Felipe
A estas alturas, no es necesario aclarar porque es imprescindible visitar esta impresionante obra defensiva; su papel ha sido verdaderamente significativo en la historia del Perú. Las personas visitantes tienen dos horas para navegar por más de dos siglos de historia, contados por sus edificaciones, objetos y, si se requiere, guías expertos en español e inglés.
La fortaleza abre sus puertas todos los días, excepto los lunes. El horario es de 9 de la mañana a 4 de la tarde. Para quienes disfrutan más de las visitas nocturnas, los viernes y sábados están reservados para ello. El horario: de 7 y media a 10 y media de la noche, aunque se debe coordinar previamente. Una auténtica delicia para las personas amantes de los fenómenos paranormales, pues el tour nocturno se enfoca en ello.
La fortaleza está situada en la bahía del Callao, a unos 15 kilómetros del parque Kennedy de Miraflores y 13 km al oeste de la Plaza Mayor de Lima. Sin tráfico, apenas se demorarán entre 30 y 45 minutos de estos lugares. Además el precio no será excusa: la entrada cuesta 15 soles para adultos extranjeros, 10 soles para nacionales y hay descuentos para niños y estudiantes. ¿A qué esperan?